por Carina Bordón de Ferreras y Flavia Bonadeo
Carina Bordón y Flavia Bonadeo
LOS ACTORES
Y como lo indica su objetivo, su accionar se centra en la atención de niños con discapacidad mental y desde la práctica fomenta actitudes de integración sobre las de segregación.
Los grupos que trabajan conjuntamente dentro del Taller de Tecnología Educativa –Fotografía y Video-, están formados por 15 alumnos - 7 varones y 8 mujeres. Sus edades oscilan entre los 11 y 14 años de edad. La mayoría presenta discapacidad intelectual leve y el resto moderada. Asociado al déficit intelectual se encuentran otras dificultades del tipo motriz y sensorial de origen neurológico y/o genético y trastornos emocionales.
Son alumnos que se conocen de años anteriores. Eso contribuye a que rápidamente se identifiquen como integrantes de los grupos escolares. Esta realidad impacta directamente en la generación de un muy buen trabajo áulico.
Poseen, en general, un buen ritmo de trabajo. Persisten en la tarea hasta su finalización. Todos poseen hábitos de trabajo y priman conductas sociales de colaboración, solidaridad y tolerancia, tanto entre pares como con la docente.
En general provienen de hogares en los cuales los ingresos económicos son muy escasos e irregulares, pues esa economía familiar se sostiene desde las “changas” o trabajos informales. Sin embargo, estamos en presencia de un grupo de alumnos cuyas experiencias de vida, hábitos de higiene, orden, laborales y otros, son variados.
La tarea específica en el taller consiste en poner la tecnología en manos de los alumnos para que se expresen de la manera más creativa posible. Se pretende que los alumnos aprendan, en el campo de lo audiovisual, a interpretar y crear mensajes, del mismo modo que, en el campo del lenguaje, aprenden a un tiempo a leer y a escribir.
En este sentido, el docente es el encargado de generar un ambiente de trabajo seguro y motivador, que les permita a los niños generar hipótesis y testearlas a partir de situaciones planteadas para generar el aprendizaje, orientarlos para sentir e interpretar el mundo, ayudarlos en la organización del trabajo y facilitar la incorporación de la familia y la comunidad con el fin de revalorizar la tarea de los niños.
Fue este el grupo de alumnos protagonistas de esta experiencia de intercambio con jóvenes extranjeros a través de la fotografía estenopéica. Los adolescentes norteamericanos involucrados en la enseñanza de esta técnica fueron parte del programa Summer Abroad, bajo la organización y coordinación de La Asociación Argentina del Experimento de Convivencia Internacional. Esta es una entidad de más de cuarenta años de trayectoria en nuestro país que promueve la convivencia y la compresión intercultural a través de proyectos conjuntos con entidades hermanas de otros países y organizaciones locales, como escuelas, vecinales, grupos en lucha y entidades de bien público.
El programa Summer Abroad está dirigido a adolescentes estadounidenses de entre quince y dieciocho años, quienes eligen tomar unas vacaciones diferentes. La convivencia con familias anfitrionas y el servicio comunitario son los aspectos más sobresalientes de este programa. Sin embargo, el Summer Abroad de Santa Fe le otorga nuevas dimensiones al servicio comunitario vinculándolo con la mirada artística y casi artesanal de la fotografía estenopéica.
Es ya una tradición dentro la asociación que los programas conjuguen actores y aspectos diversos para promover la creación de redes nacionales e internacionales, siempre con el objetivo de facilitar el enriquecimiento cultural de las comunidades receptoras y el crecimiento personal tanto de visitantes como anfitriones. En este caso en particular, el Summer Abrad 2009 en Santa Fe ha combinado la cordialidad de un nutrido grupo de familias dispuestas a compartir su quehacer cotidiano con los jóvenes estadounidenses, el trabajo previo y el interés de los alumnos del taller de tecnología y de su profesora en la Escuela Especial Nº 2008 y la experiencia y la predisposición del profesor Karlo Sosa y Ojo de Lata.
Así es como la asociación y la escuela llevaron adelante un Seminario-taller durante el cual los niños de Santa Fe y los jóvenes extranjeros pudieron realizar tomas, revelarlas y copiar las fotografías, como así también apropiarse del desarrollo teórico básico del sistema estenopeico. Este proceso fue la excusa y el punto de partida para un sin fin de intercambios entre ambos grupos, desde lo artístico hasta lo personal.
Se trató de que los participantes aprendan a expresarse en un sistema de sentidos y significados distinto, y de acuerdo con las posibilidades individuales de cada uno de ellos. La cámara estenopeica se convirtió así en un juguete, un instrumento lúdico que posibilitó la producción creativa y el entretenimiento fructífero. Esta experiencia confirmó, por un lado, que el juego puede convertirse en aprendizaje: aprender a crear, aprender a trabajar en grupo, aprender las reglas internas de una forma de expresión... “Aprender jugando, o jugar aprendiendo”. Más importante aún, pudimos confirmar que el juego y el arte son puntos de encuentro incluso para personas distantes en términos de procedencia, idioma y edad.
Luego de realizar los arreglos necesarios para que el seminario se lleve a cabo, el grupo de estudiantes extranjeros llegó a Buenos Aires, a mediados de julio del corriente año, donde durante diez días asistieron a la primera etapa del seminario-taller, a cargo del artista fotógrafo y comunicador visual Sr. Karlo Sosa, para la aprehensión de conocimientos básicos y necesarios para la producción de imágenes fotográficas, como así también la comprensión del comportamiento de la luz, su manifestación y su aplicación útil en la fotografía.
Una vez transcurrida la formación viajaron a la ciudad de Santa Fe para poder replicar lo aprendido en la Escuela Especial Nº 2008 con los alumnos que concurren al Taller de Tecnología Educativa-Fotografía y Video. La metodología de trabajo empleada fue la dinámica de grupo, a través de la educación popular entendida como horizontalidad de los sujetos (coordinadores y participantes) en la construcción del conocimiento, y consolidándolo en la participación colectiva de los integrantes del seminario-taller. A pesar de las circunstancias sanitarias desfavorables en nuestro país, un nutrido número de alumnos asistió a los encuentros, demostrando su predisposición personal y familiar. Fue así como se pudieron conformar grupos de dos o tres integrantes, argentinos y estadounidenses, lo cual propició la interacción entre los niños y jóvenes y generó instancias de genuino intercambio. En la medida de lo posible, estos agrupamientos se mantuvieron estables durante las dos semanas para generar dentro de los grupos un ambiente de confianza y una dinámica de trabajo organizada y productiva.
Con relación al aprendizaje, la perspectiva adoptada en el taller se encontró centrada en el pensamiento y en el significado; los sujetos fueron constructores de sus propias estructuras de comprensión, en una relación dialéctica con el objeto de conocimiento, la fotografía estenopeica. El método aplicado fue el inductivo, pues de manera empírica se fueron refutando hipótesis para convertirlas en acciones prácticas.
Así, las experiencias en el taller tuvieron como función favorecer, a través de la generación de distintas actividades, el desarrollo del pensamiento y la reflexión de los participantes de acuerdo a sus propias posibilidades y tiempos. En este sentido es de vital importancia comprender las limitaciones de ambos grupos, niños y jóvenes, al momento de comunicarse. Sin embargo, las escasas competencias lingüísticas en español de unos y las barreras emocionales de los otros no fueron impedimento para que los grupos se fortalecieran y los jóvenes del Summer Abroad pudieran actuar como mentores de los niños de la escuela en cada una de las actividades planteadas y en las instancias individualmente generadas. Es importante a esta altura revalorizar el rol de los diversos sistemas semióticos, más allá del lenguaje hablado, para transmitir sentido y generar vínculos. Es decir, los gestos, los movimientos y las imágenes fueron facilitadores de este ida y vuelta intercultural.
Es también de destacar el valor del hacer y de las obras[1]. Tanto los alumnos de la escuela como los jóvenes del Summer Abroad fueron aprendices de la fotografía estenopéica y el aprendizaje tuvo lugar desde el hacer comunitario, donde quienes más seguros se sentían con respecto a la técnica, le proporcionaron el andamiaje necesario a sus pares para poder progresar en la misma. Desde la construcción de la cámara hasta el montaje de una muestra, todo fue práctica y obras que fortalecieron los vínculos grupales y revalorizaron la auto imagen de todos los participantes.
Teniendo en cuenta que la técnica estenopeica y sus diferentes instancias requieren de un proceso que se retroalimenta en la práctica misma de su experimentación, y que lo mismo sucede con las experiencias de intercambio cultural, se realizaron las siguientes actividades:
· Clase – taller sobre historia de la fotografía estenopeica.
· Experimentación con la gran cámara oscura.
· Construcción de la cámara estenopeica.
· Cálculos de tiempos de exposición, con las adaptaciones necesarias de acuerdo a las posibilidades de cada alumno – tallerista.
· Salidas grupales y almuerzos compartidos.
· Partidos de fútbol y juegos facilitadores de la integración.
· Realización de tomas fotográficas.
· Revelado de negativos.
· Positivado y revelado de copias.
· Preparación y presentación de una revista como testimonio de la experiencia.
· Preparación de láminas como obsequio entre los grupos y de una fiesta de despedida.
· Montaje de la exposición fotográfica.
· Evaluación grupal y compartida de los participantes del seminario – taller.
CONCLUSIÓN
En lo que respecta al intercambio cultural, todos los involucrados coincidimos que tanto los niños y los jóvenes se vieron enriquecidos a partir de las interacciones generadas. Es indudable que los alumnos de la escuela 2008 ampliaron sus horizontes con respecto al mundo geográfico y cultural a partir del trabajo grupal y reafirmaron una imagen positiva de sí mismos al momento de ser protagonistas de numerosas instancias de la experiencia. Por otra parte, el grupo de adolescentes extranjeros pudo ser observador y partícipe de una diversidad de realidades convivientes en la comunidad anfitriona. Y en lo que respecta al seminario-taller específicamente, lograron superar las barreras del idioma, de la inmediatez y de la centralidad de sus propias individualidades para percibir la presencia y las necesidades de los otros, ejercitando un generoso control de la paciencia, el buen humor y la apertura en la mayoría de los casos.
Este es uno de los testimonios recogidos como parte de la retroalimentación. Se trata de Yelly Malinsky, una de las integrantes del Summer Abroad, hablando de su relación personal con José, un alumno de la escuela Nº 2008:
"(…) en nuestro tiempo en la escuela tenia el placer a conocer José y mi cariño creció para el muy rápido. Nunca tenia la oportunidad para trabajar con un chico con discapacidad y al principio estaba nerviosa pero muy rápido realize (me di cuenta) que era muy fácil conectar con el. Construimos la cámara con fácilmente y muy rápido realize (me di cuenta) que José es muy inteligente. Cada vez que pienso sobre José sonreía ( smile )porque él es muy tierno ( He s so cute ) Estoy contenta que tenia la oportunidad a trabajar con José a construir algo con él a hablar con el y mas que todo hacerle sonreír. Espero que el haya tenido un buen tiempo porque yo disfrute mi tiempo con él mucho. Yo agradezco este tipo de experiencia y espero que otros puedan tener la misma oportunidad. "
Dado que el programa de intercambio en general, y el seminario-taller en particular, son aún experiencias novedosas en nuestra comunidad santafecina, hay una multiplicidad de aspectos para reformular y enriquecer. No seríamos realistas si presentáramos esta experiencia sin reconocer que llevarla adelante involucró mucho esfuerzo y creatividad para contrarrestar las dificultades y mucha tolerancia para superar las controversias. Tampoco, por otra parte, dejaríamos de ser realistas si nos atrevemos a soñar con la continuidad y la multiplicación de experiencias similares, ya que son apuestas valiosas y llenas de ímpetu al crecimiento cultural y personal de los participantes y generan nuevos espacios y formas de comunicación entre las personas.
Para finalizar queremos enfatizar el rol fundamental que la fotografía estenopéica jugó en este proceso, como instrumento, medio y fin de este valioso intercambio.
BIBLIOGRAFÍA
Bruner, J. (1997): La Educación, puerta de la cultura. Visor.
Apuntes teóricos del Seminario-taller, a cargo del Sr. Karlo Sosa.
Libro de PH15.
LA FOTOGRAFÍA ESTENOPEICA COMO PROCESO ARTETERAPÉUTICO.
por Roxana Adonaylo
Roxana Adonaylo
El primer proceso está en relación a la fotografía estenopeica en el área educacional ((Materia arte y tecnología Escuela número 10 del Gob de la Ciudad) Experiencia realizada junto con maestros y abuelos invitados de los niños. El proceso con la fotografía estenopeica está integrado a otros lenguajes propuestos desde el arteterapia. Considero al arteterapia un proceso en el que se prioriza el tránsito y la inmersión dentro de éste creando nuevos sentidos y significaciones más que el arribo a un producto estético, proceso que hace foco en el Sujeto creador más que en el objeto de creación. Dentro de este proceso planificado desde lo vincular, condición indispensable desde mi campo de trabajo, se incluyó la plástica , la escritura (relatos y cuentos de abuelos en relación a la historia de la cámara oscura y la cámara fotográfica), así como las constucciones de cámaras oscuras de diferentes formatos, y de cámaras estenopeicas que condujo a la producción de fotografías estenopeicas como parte última de este proceso.
El segundo proceso es un taller de fotografía estenopeica con objetivos arteterapéuticos en el que se relata la vivencia de este proceso (creación de cámaras oscuras. Creación de diferentes tipos de imágenes luz, creación de cámaras oscuras como dispositivo grupal, experiencia cámara oscura gigante, construcción de cámaras estenopeicas y creación de fotografías. Imágenes que despliegan otros lenguajes y a la vez se traducen en nuevas fotografías. El trabajo con la cámara oscura y cámara estenopeica como soporte simbólico, superficie de proyección de la propia subjetividad, integrado este con diferentes lenguajes como abordajes corporales, la música, la plástica y producciones escritas de participantes.
La droga como tóxico que intenta también fallidamente unificar ese cuerpo fragmentado. Desde estas reflexiones intento pensar a la fotografía estenopeica como proceso para trabajar desde el arteterapia, proceso ligado a otros lenguajes, pudiendo visibilizar durante el mismo trabajo con los participantes, los procedimientos y legalidades del proceso de la génesis de la imagen fotográfica, como cuestión fundamental para el trabajo en salud mental, diferenciar al mismo del “pensamiento mágico”, crear nuevas significaciones a partir de lo vincular, considerar el trabajo con la luz y la oscuridad como materia prima de creación y favorecer la creación de una mirada (inconsciente-preconsciente y creada por el resto de los sentidos corporales, mirada interior..., a diferencia del ver (consciente, ligada solo a los ojos corporales, como un movimiento que parte del yo hacia el exterior, lugar de desconocimiento e indiscriminación) El trabajo entonces en salud mental desde la fotografía estenopéica lo considero enmarcado en este concepto de mirada ligada a un proceso arteterapéutico más que a la sola adquisición de una técnica.
Durante las imágenes se desplegó un proceso que comenzó con el soporte caja como espacio subjetivo de integración y representación de la imagen corporal, este fue adquiriendo diferentes significaciones, a partir de diferentes espacios (soportes simbólicos) la creación de cámaras oscuras , la construcción tridimensional de una casa como espacio íntimo,la creación de mandalas a partir del soporte “lata”(futura cámara estenopeica) , mandalas que luego fueron convertidos en planetas y luego en un universo grupal como espacio grupal en el que estos planetas establecían diferentes vínculos entre ellos.El trabajo continuó con abordajes corporales : “las manos como protagonistas” con el objetivo de crear un espacio junto a otro y luego articular con el ver y el mirar y el trabajo con la luz como materia prima a partir de elementos ópticos como espejos, estenopos, visores, etc, finalizando este proceso en la creación de autorretratos pudiendo crear nuevos sentidos y significaciones a partir de la inmersión en este proceso de co-construcción a partir de lo vincular, proceso en el que se intentará integrar la mirada al sentir y al resto de los sentidos corporales.
Algunas concepciones psicoanalíticas sobre la mirada ligadas a la fotografía estenopeica
Juan David Nasio, nos dice: “Ver no es mirar, ver siempre es esperar aquello que se va a ver, no hay sorpresa en el ver, porque se trata de algo que se relaciona con el reconocimiento(...) El que ve son los ojos corporales, el que ve es el yo. El yo que no sabe, que desconoce, que forma parte de la imagen y la imagen forma parte de él. El yo solo percibe aquellas imágenes en las que se reconoce.(...) La mirada es el objeto que está ligado no a los ojos sino al orificio palpebral que puede ser también la hendidura de la pupila. La mirada surge cuando somos enceguecidos por un foco de luz proveniente de la pantalla reflejante del Otro. Esa chispa despierta un mirar interno, un mirar inconsciente, que ya no tiene que ver con el yo imaginario. Ese mirar inconsciente es un acto pulsional, desencadenado por la luz que viene del Otro .Entre ellos se va a producir el movimiento del circuito de la pulsión escópica”.
Freud habla de una mirada hacia adentro, una mirada interna, una mirada interior a diferencia del ver que se desplegaría hacia fuera
¿Cómo se ligarían el ver y el mirar? ¿Puede existir un mirar despojado del ver?
Nasio liga estos dos conceptos.: “ No hay mirada sin visión, no hay mirada sin todo el contexto imaginario que da lugar a ella. Hace falta la pasión de lo imaginario para que haya nacimiento de una pulsión.”
Considero que la cámara estenopeica favorece el despliegue de esta mirada inconsciente, de este mirar interno, que es un mirar hacia adentro, una mirada interior que luego se hará visible a través de imágenes y de fotografías.
Este mirar interno, está en relación a las características particulares de este proceso de creación que se pone en juego. Durante el mismo se implementan diferentes dispositivos arteterapéuticos que se despliegan dentro de una dinámica grupal. La cámara y la imagen que se forma dentro de ella y aún mismo las fotografías que se obtienen, serán utilizadas como soportes simbólicos. La cámara estenopeica en este caso es un objeto moldeable, transformable, un espacio vivo...
Estas cámaras construídas artesanalmente que son cámaras oscuras en primera instancia (al igual que los ojos), no poseen visor. Este hecho constituye una parte importante del estilo de mi trabajo ligado más a la arteterapia que a la sola adquisición de una técnica.
La propuesta no está ligada a registrar con ellas algo de lo que veo en la realidad inmediata, sino por el contrario en crear imágenes no vistas.
En la fotografía estenopeica, no hay una mirada previa facilitada por el visor. Tampoco hay un previo encuadre. A diferencia de la convencional, en ella, no hay límites visibles para componer la escena que luego voy a fotografiar. En la mayoría de los casos no representa la visión humana cuyo ángulo de cobertura es de 45 grados. Este hecho sumado a las múltiples variantes que nos enfrenta la misma técnica, como por ejemplo la forma, el tamaño del soporte-cámara, la relación entre su distancia focal y las dimensiones del negativo, la cantidad de estenopos o diafragmas que incorporo, la posible modificación del plano focal, que en este caso no siempre es plano, la incorporación de elementos ópticos por dentro o fuera de la cámara, el material sensible fotográfico que decido utilizar y otras variables que se presentan por el camino de la investigación personal generan el descubrimiento de otros modos de ver, de mirar... Ver ... mirar desde otros ojos...
(2) Otto Steinert, dice que “uno de los elementos que intervienen en la creación fotográfica es el tiempo. Tanto en el sentido de un aislamiento de la idea de temporalidad por medio de la exposición, como interviniente en la elección del motivo y el acto simultáneo de aislarlo de la naturaleza ... No obstante, el tiempo debe ser considerado un parámetro físico variable que perceptivamente implica una duración psicológica . La fotografía es un procedimiento sintético que nos posibilita representar un espacio temporalmente discontínuo. El tiempo que nos revela es una fractura de un tiempo siempre en trascurso y cuya globalidad excede nuestras capacidades perceptivas y memorísticas...”
(2) Carlos Vllasante analiza el uso de la tecnología y la técnica fotográfica y su tendencia cada vez mayor al uso de procedimientos basados en la instantánea, las obturaciones ultrarrápidas (tiempos muy cortos de exposición) , las emulsiones cada vez más sensibles a la luz y las iluminaciones fotónicamente intensas. Para este autor esto se contradice con la escasa diversidad de imágenes fotográficas reveladoramente nuevas: “Se ha configurado un statu quo del tiempo de exposición fotográfico que posibilita y fomenta un repertorio iconográfico repetitivamente despersonalizado...”
Al analizar el particular tratamiento del tiempo en la fotografía estenopeica, comprobamos simultáneamente que los elevados tiempos de exposición que se utilizan generalmente en ella (van desde varios segundos a varios minutos), junto al proceso de construcción de la cámara: el hecho de que la toma sea única (no hay rollo, solo un pedazo de película o papel fotográfico que se renueva luego de cada exposición), condicionan que el fotógrafo participe más activamente en todo el proceso de creación y se incorpore en la toma más habitualmente que en la fotografía convencional incursionando, así, naturalmente en el autorretrato.
En este sentido, favorezco el autorretrato como campo y terreno de descubrimiento. Esto vivenciado desde mi propia experiencia como artista en análisis. Considero que la fotografía estenopeica se presta especialmente para ello.
Walter Benjamín, en su pequeña historia de la fotografía toma el tema de las primeras fotografías y de los elevados tiempos de exposición que se utilizaba en ellas, repetición en el hoy absolutamente recurrente, en la creación de imágenes buscadas a través de la fotografía estenopeica.
(2) La escasa sensibilidad a la luz de las primeras placas exigía una larga exposición al aire libre. Esta a su vez parecía hacer deseable instalar al modelo en el mayor retiro posible...”
“El procedimiento mismo inducía a los modelos a vivir no fuera, sino dentro del instante, mientras posaban largamente crecían por así decirlo dentro de la imagen misma y se ponían en decisivo contraste con los fenómenos de una instantánea...”(...)
Todo estaba dispuesto para durar en esas fotografías tempranas.
Había en torno a ellas un aura, un médium que daba seguridad y plenitud a la mirada que lo penetraba ....un aura que anidaba incluso en los pliegues de la levita.(...)
¿Pero que es propiamente el aura para Walter Benjamín?
El se refiere a la misma como “una trama muy particular de espacio y de tiempo, la irrepetible aparición de una lejanía, por cerca que esta pueda estar.”
Las fotografías que se obtienen con las cámaras estenopeicas, aluden a este concepto de aura trabajado por Benjamin. Este autor también se remite al ver y al mirar trabajado desde el psicoanálisis cuando habla de inconsciente óptico ligado a la fotografía, ya que nos dice:
“ La naturaleza que habla a la cámara es distinta de la que habla a los ojos, porque un espacio elaborado inconscientemente aparece en lugar de un espacio que se ha elaborado con conciencia. La fotografía con sus medios auxiliares, como lo es el obturador, (tiempos extremadamente largos o extremadamente cortos) hace patente el paso del hombre. Solo gracias a ella percibimos ese inconsciente óptico, igual que solo gracias al psicoanálisis percibimos el inconsciente pulsional...”
Las fotografías estenopeicas son muchas veces fuertes, misteriosas y habitualmente emparentadas desde lo visual con lo onírico y lo fantasmal. Imágenes que no resultan indiferentes. Imágenes que despliegan palabras, emociones que intento se tomen como punto de partida a la vez para generar nuevas producciones fotográficas y hasta a veces literarias.
Freud dice que el retorno de lo reprimido no siempre es un retorno oral, sino que también puede ser un retorno plástico, desde el terreno de la imagen.
Zweig escritor judío alemán le escribe una carta a Freud, en ella, le cuenta que estaba sufriendo una penosa enfermedad en la vista, esta enfermedad le generaba la aparición en la visión de máscaras y rostros que se le producían a partir de una gota de líquido que tenía en la retina de su ojo. Él mismo reconoce en esos rostros, sentimientos ligados a su historia personal. Freud le responde esta carta el 10 de septiembre de 1930 diciendo que: “a través de su retina se podría ver muy en el fondo de su inconsciente...”
Estos conceptos, me remiten al libro de Italo Calvino: “Las ciudades invisibles”, libro inspirador de una de las muestras que realicé de mis trabajos de fotografía estenopeica, llamada “Ser Urbe” cuyas imágenes acompañan esta nota. Alli Kublai, Jan el emperador escuchaba los relatos del viajero Marco Polo que esta vez visitaba Fïlides, una ciudad que no se dejaba ver. El emperador le responde:
“Tus pasos persiguen no lo que está fuera de tus ojos, sino lo que está dentro, sepulto y borrado.”
(1) Juan David Nasio “La mirada en psicoanálisis”, 1992
(2) Carlos Vllasante “El tiempo, un punto ciego en la visión fotográfica”, 1998
(3) Walter Benjamin “Discursos interrumpidos” , 1973
(4) Reisin Alejandro, “Arteterapia , Semánticas y morfologías”
Fotografía estenopeica, Salud Mental y Desmanicomialización.
Por el Frente de Artistas del Borda
Frente de Artistas del Borda (FAB)
El Frente de Artistas del Borda (FAB) es un movimiento ideológico, artístico e independiente que surge a fines del año 1984 con el objetivo de producir arte como herramienta de denuncia y transformación social desde artistas internados y externados del Hospital Borda.
Plantea la necesidad de un cambio en las instituciones manicomiales. Estas, a través del encierro producen fragmentación de los lazos sociales y afectivos, aislamiento, estigmatización, privación de la intimidad, cosificación, cronificación del padeciemiento, etc.
El planteo del F.A.B. se define entonces, por la denuncia a la institución de encierro, amparándose en las diversas experiencias de transformación manicomial auspiciadas por la “reforma psiquiátrica” -como el caso de Trieste en Italia o Rio Negro en la Argentina- basadas en internaciones que no superan al mes.
A través de las distintas disciplinas artísticas se intenta favorecer un readueñamiento del cuerpo y de la palabra legítima, trabajando desde la simbolización y exploración crítica de la experiencia, en nuestro caso, el de la fotografía estenopeica.
La circulación de las obras artísticas, generan efectos en distintos niveles: subjetivo, institucional, y social. A nivel subjetivo, la pertenencia a un colectivo y el compromiso con la tarea promueven el fortalecimiento de la identidad. De esta manera, la persona puede decir lo que pasa dentro del hospital, lo cual genera un efecto a nivel institucional. Poner en evidencia las condiciones institucionales abre dentro del hospital nuevas grietas que permiten profundizar el debate. Y un tercer efecto, a nivel social: que los artistas muestren sus obras contribuye a romper con el imaginario social de la locura.
En el FAB cada taller funciona con un equipo de coordinación integrado por un coordinador artístico, uno psicológico y uno o más colaboradores. De este modo la propuesta de trabajo es interdisciplinaria.
El coordinador artístico cumple la función de transmitir los recursos prácticos y conceptuales propios de su disciplina artística.
El coordinador psicológico, trabaja no sólo con los obstáculos a la tarea en cada taller, con los efectos y movilizaciones grupales que despierta una disciplina artística, sino además optimizando las relaciones vinculares y la circulación de la palabra, posibilitando así la creación colectiva.
Intentaremos abordar la relación entre el trabajo en el taller de fotografía estenopeica que se realiza en el Frente de Artistas del Borda, la salud mental y la desmanicomialización
A tal efecto nos parece importante direferenciar tres ejes:
· La participación en un proceso de producción colectiva
· El hecho de que la obra sea artística
· La importancia que pueda tener que esa obra sea una fotografía.
¿Realmente fotografiar es una acción individual? ¿Cómo se puede hacer fotografía de manera colectiva? ¿Es posible pensar el nombre de una obra artística entre diez personas?
Todos estos interrogantes vehiculizan al taller cada mañana. Por eso trabajamos desde el vínculo y no individualmente. Es decir, trabajamos dando la palabra, decidiendo en conjunto e intentando llevar adelante el trabajo de manera horizontal para no reproducir las relaciones de poder que se dan dentro del hospital.
El trabajo con otros produce una transformación subjetiva. Participar en una obra colectiva implica demorarse, detenerse en los tiempos del otro, de los compañeros del taller, y en los pasos que requiere la producción de esa obra específica. Esa demora permite descentrarse, disminuye la repetición del propio padecer: “En el placer de la creación con otro se puede renunciar a los caminos narcisistas mas mortíferos”.[1]
Hemos tomado los desarrollos de la autora para pensar este primer eje.
En el trabajo con otros se construye una trama grupal que funciona a modo de alojamiento, que puede soportar las dificultades se le presentan a cada participante. Y se crean las condiciones para la expresión de caminos singulares, como por ejemplo, un tallerista que luego de un año de trabajo comenzó a sacar sus propias fotos por fuera del taller, con la intención no sólo de venderlas, sino de tener una producción propia. Creemos que este tipo de trabajo grupal puede potenciar lo propio de cada uno.
Cada taller del FAB está coordinado por psicólogos y por artistas. Son estos últimos los que transmiten el saber-hacer propio de cada disciplina. Hay pasos, pautas, técnicas que constituyen una legalidad de referencia a la hora de la creación. Aunque sea para transgredirla.
Otro ingrediente fundamental es que la organización de la labor del taller tenga como brújula al sujeto y a su expresión en su singularidad.
Allí donde las palabras no alcanzan muchas veces es la producción artística la que habilita una vía de expresión del sujeto o la plataforma a partir de la cual poder hablar.
En el contexto del manicomio, donde reinan homogeneización y el aplastamiento subjetivo, esto no es poca cosa. Ese arrasamiento que ejerce el manicomio sobre el sujeto muchas veces se monta sobre el que genera la propia enfermedad.
Que la obra realizada sea artística implica una búsqueda de “belleza”. Y que aquí aparezca algo del orden de lo bello y del deseo, puede tener un efecto liberador y pacificador. Lo bello es una vía por la que los humanos nos acercamos al deseo.
Puede constatarse muchas veces un efecto “vivificante” en las personas que participan de los talleres [2]: Alguien que de pronto “toma impulso” para pedir y participar en la gestión de su DNI, otro que tiene ganas de realizar un trabajo de fotos sobre su familia o que comienza a preocuparse por su aspecto físico, que tiene ganas de salir. Se produce una eficacia en relación al deseo y al cuerpo. El cuerpo revive al habilitarse
una vía de satisfacción.
La importancia de que esa obra artística sea una foto:
La escritura hace a la constitución subjetiva. Algo se constituye, algo se fija cada vez que se escribe.
Lo que se escribe funciona como una constante para el sujeto, como una plomada, y por lo tanto como un sitio de referencia al cual recurrir. Lo escrito instaura referencias para el sujeto.
Implica una textura, no un espacio liso, implica marcas a ser leídas y es en la lectura y relectura de esas marcas, distintas cada vez, donde el deseo habita y la vida se despliega.
Fotografiar quiere decir escribir con luz. La foto es una escritura, es una experiencia de lo escrito más allá de las palabras, y como tal puede tener invalorables efectos en quien sea sensible a ella.
La luz “deja marcas”. Todos los objetos reflejamos luz, y mediante la invención de un aparato de registro como puede ser una cámara fotográfica, esas marcas se inscriben.
Un taller de fotografía estenopeica nos permite estar presentes desde la fundación del proceso fotográfico. El instrumento de registro, el instrumento artístico, es una cámara que puede construirse. El arte, la magia comienza allí.
Aquí nada es caprichoso, nada es arbitrario. La fotografía implica confiar en la técnica, en la legalidad de la física y da la oportunidad de aprenderlo más de cerca.
Y a pesar de toda ciencia, estas fotos siempre tienen algo de incalculable y eso las hace hermosas.
Con la fotografía estenopeica, más aún participando en la construcción de la cámara, se hace palpable que la luz, para que algo pueda escribir, requiere un tratamiento. Y este tratamiento no puede hacerse de cualquier modo, es un intercambio entre la luz y el tiempo.
Aunque de diferentes modos, estando en el manicomio se sufre de un exceso de mirada: Se puede “ser visto” todo el tiempo, se puede ser “vigilado” y evaluado. A veces no hay lugar donde esconderse. O, muchas otras, pasar sin ser visto.
Frente a la mirada total, la fotografía es una artesanía de la luz. La luz total “vela” la foto. Es necesario un interjuego de luz y tiempo: no todo el tiempo, un tiempo acotado. Se tapa- se destapa. Es como si la luz fuera una plastilina a moldear. Del ser visto a ser un artesano de la luz.
En la fotografía estenopeica los tiempos son distintos, se alargan, y eso permite aprehender la lógica del proceso. Todo no pasa inmediatamente, la cámara estenopeica “da tiempo”. Nos acostumbramos a decir “dale más tiempo” cuando una foto salió blanca; pero es ella la que nos da tiempo, la que le da tiempo al sujeto para relacionarse con la luz, para aprender a maniobrarla, para equivocarse, para corregirse, para aprehender el proceso. La cámara estenopeica espera, no nos conmina a la inmediatez.
En el manicomio no hay tiempo. El tiempo se vuelve eterno, lo manicomial “cronifica” y borra todas las diferencias en las que habita el sujeto.
En tal desierto, la foto es una marca en el tiempo: R. Barthes en su libro “La cámara lúcida” en un momento se refiere a la fotografía como el testimonio de que “esto ha sido”: Son los rayos de luz reflejados por el referente los que son captados y fijados en un soporte sensible. “La foto es literalmente una emanación del referente, de un cuerpo real que se encontraba allí han salido unas radiaciones que vienen a impresionarme a mí, que me encuentro aquí”.[3]
En tanto testimonio podemos decir que la foto instaura el lugar del recuerdo.
Muchas veces el padecimiento es un abismo, allí una de las apoyaturas es el recuerdo, una marca real en la que “hacer base”. Además las fotos quedan a lo largo del tiempo. Personas que ya no están en el taller, pero
sus fotos sí. Las fotos son una marca del otro y como tal hacen hitos en el tiempo. Instauran una historia en la cual cada tallerista puede inscribirse.
“Tomar” una fotografía en el taller implica explorar. Recorrer el lugar hasta encontrar, descubrir aquello que se quiere fotografiar, aquello que uno “vio”. “Sacar” una foto es aportar, dar una mirada singular. Una imagen propia.
Las fotos descompletan el mundo, ante un mundo que puede presentarse como único y al cual uno debe adaptarse o quedar fuera. Mundo que se presenta completo y aplastante por momentos. Sin ninguna hendidura donde alojarse o por donde fugarse, las fotos, con las singulares lecturas del mundo que portan, con la invención de realidades que implican, lo descompletan y nos permiten seguir deseando, nos permiten seguir vivos.
Si cada uno de nosotros somos el modo que tenemos de leer el mundo, la foto es una muestra, un botón de nuestro modo de leerlo. Y lo deja escrito. Esto tiene consecuencias subjetivas. Existe la posibilidad de hacerse representar por una foto. “Sacar” una foto es “recortar” algo de la realidad, es inventar una realidad. Es una invención que se separa del cuerpo y que permite al autor separarse de la obra.
Y después, la sorpresa: la vivencia de la distancia entre lo que uno vio y lo que sale en la foto. Eso es un intervalo. En los intervalos habita el deseo, lo enigmático, las ganas. En esa distancia se cuela una verdad que no es la evidencia de lo que una foto puede documentar, sino una verdad que acerca las fotos a la poesía. Las fotos son un modo de bordear con retazos de imágenes lo indecible del ser humano.
Bibliografía
Barthes, Ronald: “La cámara lúcida: nota sobre la Fotografía”, Buenos Aires, Paidós, 2006.
Jasiner, Graciela: “Coordinando grupos (una lógica para los pequeños grupos)”, Lugar Editorial, 2007.
San Martín, Viviana: “La función de lo bello en la clínica con pacientes graves”. Coloquio de Verano: “El inconsciente freudiano y su reformulación por Lacan. Sus consecuencias en la clínica”. 4 y 5 de enero de 2008.
Sava, Alberto y colaboradores: “Frente de Artistas del Borda: una experiencia desmanicomializadora, arte, lucha y resistencia”, Buenos Aires, Ediciones Madres de Plaza de Mayo, 2008.
Jueves 22 de octubre
"Fotografía Estenopeica para Adolescentes en la Escuela Hospitalaria Nº 2"
por Mario Lazo Toledo
Mario Lazo Toledo (Foto Eugenia Neme)
Introducción
El Taller de Fotografía Estenopeica para Adolescentes que depende del la Escuela Hospitalaria N° 2 “Prof. Dr. Juan P. Garrahan”, surge a partir de la necesidad de dar respuesta a un sector de chicos que por su edad y escolaridad, quedaba fuera del ámbito formal de la escuela.
Teniendo en cuenta las características del niño hospitalizado: separación de su contexto sociocultural, aislamiento por la internación, preocupación por un futuro incierto del que no tienen control, pérdida de pertenencia al grupo social: amigos, familiares, hermanos. Características que se potencian en el caso de los adolescentes.
Para definir qué es la fotografía estenopeica, debemos definir primero qué es la fotografía. Su traducción del latín sería algo así como “dibujar con la luz”, y dentro del amplio campo de la fotografía podemos decir que la fotografía estenopeica, también llamada “estenopetografía”, es aquella que se logra con una cámara estenopeica.
En pocas palabras, una cámara estenopeica es aquella que no tiene ningún sistema óptico basado en la refracción de la luz, siendo éste sustituido por un orificio muy pequeño, llamado “estenopo” (diminuto), que es el orificio encargado de restringir la entrada de luz en la cámara estenopeica -esta es la parte fundamental de una cámara ya que de su tamaño depende la calidad de la toma fotográfica-.
Por esto, la fotografía estenopeica es la que más se acerca a la definición originaria de fotografía, pues la luz entra adentro de una cámara y en un tiempo determinado va “dibujando con luz” sobre un material sensible, obteniendo así una foto.
La fotografía estenopeica tiene su modo particular de registrar el tiempo. Las cámaras fotográficas convencionales lo congelan; las cámaras estenopeicas registran lo que sucede en un período de tiempo. Por ello se dice que la cámara estenopeica no capta momentos ni situaciones, sino que lo generan.
La fotografía estenopeica como el proceso anterior y posterior a la toma fotográfica, genera una conjunción de ciencia, arte y técnica.
Objetivos.
Esta propuesta se basa en la convicción de que a través del conocimiento de algunas técnicas -cómo es el caso de tomar fotografías con la cámara estenopeica- se pueden establecer relaciones más generales para comprender el sistema de las técnicas. La posibilidad de resolver problemas, permitirá además a los alumnos, pasar de la representación de sus ideas, a la actuación; operando y reflexionando sobre las características de las transformaciones técnicas, reconociendo los mecanismos que permiten dicho proceso.
Por tal motivo, se propone que los alumnos:
- Reconozcan y apliquen la técnica de tomar fotografías con cámara estenopeica, como una herramienta para captar momentos que van más allá de un mero registro.
- Construyan una cámara estenopeica, a través de un proceso de transformación de insumos, teniendo en cuenta los pasos sucesivos u operaciones que realizan.
- Apliquen controles convencionales y no convencionales en la regulación del funcionamiento de la cámara relacionado con el tiempo y la luz.
- Sean capaces de tomar fotografías con la cámara construida, trabajando la composición, el diseño y la imagen, y puedan revelar sus tomas.
- Identifiquen los cambios que se han dado a través del tiempo en las técnicas de toma fotográfica desde sus orígenes hasta la cámara digital.
Las líneas de acción
En principio el proyecto surge de la planificación anual presentada por el docente. A partir del interés por desarrollar y ampliar las tres ideas básicas propuestas en los alcances de contenidos para 7º grado (los Procesos de Estructuración técnica del Tiempo, el Control de Procesos y el Sistema de las Tecnologías) -año 2004- el docente, dentro de su experiencia como fotógrafo, concluye que la fotografía, el proceso fotográfico y la actividad del fotógrafo, reúnen y satisfacen en conjunto los requerimientos para cumplimentar las pautas antes mencionadas. Así este proyecto toma forma propia, desvinculándose de la planificación anual y generando un espacio propio.
Se solicita a la dirección de cada establecimiento que gestione el modo de proveer la compra de material fotosensible, un espacio para montar un laboratorio de revelado y las autorizaciones correspondientes para realizar salidas con los alumnos.
También, se coordinan acciones conjuntas con el docente de grado a cargo del área de ciencias naturales y con el docente de educación plástica; de modo tal que se encuadre dentro de los contenidos desarrollados y por desarrollar de estas áreas.
Relato de las actividades
El taller se dividió en tres etapas: la construcción de la cámara, la toma fotográfica y el laboratorio.
La construcción de la cámara: las posibilidades de construir una cámara son prácticamente infinitas (básicamente consiste en una caja oscura, en cuyos lados se coloca un material sensible y en el lado opuesto un pequeño orificio).
También acompañan a esta primera parte material bibliográfico y de investigación referente a una breve introducción a la historia de la fotografía en general y la fotografía estenopeica en particular.
Luego se procederá a identificar, de acuerdo a sus cualidades, los materiales que serían más acordes para la fabricación de una cámara y las herramientas necesarias para dicha fabricación.
La toma fotográfica: en la segunda etapa del taller, con la cámara ya construida, se procederá a la prueba de la misma, centrando la actividad en las técnicas y recursos para la toma fotográfica en general (distancia focal, tiempo de exposición, ángulo de cobertura, número F, abertura de diafragma, profundidad de campo, etc.) para luego entrar de lleno en las particularidades que tiene la captura de fotografías estenopeicas. También, de ser necesario, se abordan temas propios de la composición: encuadre, perspectiva, punto de interés, balance, armonía etc.
El laboratorio: en la etapa final, quizás la más atractiva, es cuando los alumnos ven aparecer la imagen obtenida, que es la mejor recompensa a su esfuerzo. Para eso el estudio está centralizado en los químicos (el revelador, el fijador y el baño de paro), su composición, características y aplicaciones, como también los tipos de papeles y películas. También se mencionará la ampliadora, trucos y recomendaciones y, fundamentalmente, la seguridad e higiene en los procesos.
Aclaración: en caso de tener acceso a una PC, los alumnos podrían incursionar en el tratamiento de la imagen digital o digitalización de imágenes en las que se verían, con ejercicios prácticos, la manipulación digital de imágenes (positivo-negativo, efectos especiales, etc.).
Evaluación
Completa la propuesta, la reflexión sobre la metodología de taller, que permitirá al alumno experimentar un método activo a través de la resolución de problemas técnicos, que se traducirá en la creación de artefactos, procedimientos y formas de organización para el trabajo en grupo, como también verificar concretamente el producto obtenido, permitiendo de ese modo realizar los ajustes necesarios para alcanzar los objetivos propuestos inicialmente.
Conclusiones
La creación y utilización de cámaras fotográficas estenopeicas como el proceso anterior y posterior a la toma fotográfica, genera una conjunción de ciencia, arte y técnica que llevan indiscutiblemente al cumplimiento de los propósitos y objetivos para el segundo ciclo de la escuela primaria, especialmente en 7º grado.
El énfasis puesto en las técnicas como unidades de sentido del discurso tecnológico, integradoras de aspectos instrumentales y sociales, ya que nunca constituyen fines en sí mismas sino que son creadas en función de las intenciones de intervención social, promoverá la resolución de problemas técnicos contemplando la conjugación de un actividad reflexiva y operatoria que se traducirá en la creación de artefactos, procedimientos y formas de organizarse para trabajar.
Así, la posibilidad de resolver problemas necesita del análisis funcional capaz de reconocer las funciones técnicas implicadas e identificar las características de la situación a resolver. Esto permitirá que los alumnos pasen de la representación a la actuación técnica.
El taller de fotografía estenopeica, que permite trabajar activamente las ideas que se refieren a los procesos de estructuración técnica del tiempo, el control de procesos y el sistema de las tecnologías, con un amplio apoyo interdisciplinario, de saberes previos y de actualización de conocimientos.
Bibliografía
· Diseño Curricular para Primer Ciclo. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Buenos Aires, 2004.
· Hernández, Fernando y Ventura, Monserrat. La organización del currículum por proyectos de trabajo; Editorial Graó, Buenos Aires, 1998.
· McKown, Roberts, traducido por Muñoz, Orencio. Educación audio-visual. Biblioteca Clásicos y Modernos de Educación. Unión Tipográfica Editorial Hispano Americana, México 1973.
· Pre Diseño Curricular para el Segundo Ciclo. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, 1999.
· Sanjurjo, Liliana y Rodríguez, Xulio. Volver a pensar la clase. Las formas básicas de enseñar. Homo Sapiens Ediciones. Santa Fe, 2003.
· Shull, Jim. The hole thing a manual of pinhole photography. New York, 1974.
· Porcher, Louis. La fotografía y sus usos pedagógicos. Editorial Kapelusz. Buenos Aires, 1977.
· Puparelli Sierra, Vicente; La fotografía en el Aula, Ediciones Akal, Madrid, 1992.
· Spravkin, Mariana; Alemany, Gustavo. Cuestión de Imagen. Ediciones Novedades Educativas. Buenos Aires, 2000.
A fines del año 2004 comienza a funcionar en la Escuela Hospitalaria Nº 2 “Juan P, Garrahan”, el “Taller de Fotografía Estenopeica”, en el área de Educación Tecnológica, para Adolescentes internados y/o ambulatorios. Desde el comienzo del taller, uno de los mayores inconvenientes que se presentó, además de la falta de presupuesto y un lugar físico para el laboratorio, fue la falta de máquinas fotográficas para las prácticas. Algunos chicos comenzaban a construirlas pero eran dados de alta, y/o volvían a su lugar de origen, otros, por su patología (aislamiento, problemas motrices, etc.) no podían construirlas y recibían solo la parte teórica, sin poder completar todos los contenidos del taller.
Es así que surge la idea de fabricar una cámara estenopeica en serie, para que todos los alumnos puedan participar de su construcción y con los recursos que brinda el hospital.
Luego de 2 años de interminables pruebas, diseños, bocetos y prototipos, se comienza a fabricar la “LUKA 155”, cámara de la cual se llevan fabricadas hasta la fecha más de 300 unidades.
La “Luka 155” lleva su nombre en reconocimiento al alumno Lucas Masa, quien fuera el primer alumno egresado del taller. Es una cámara construida en serie, (se fabricaron herramientas especiales para su construcción), está construida en un 90 % con material de descarte del hospital y sus características técnicas son:
Nº f 256
DF = 100 mm.
Para formato de papel: 8,9 x 12,7 cm.
Indicador de carga a color.
Tabla de tiempo de exposición para ASA 6
Luca posando con una cámara
Los chicos haciendo fotografías...
Fotografía intervenida (actividad integrada con otras áreas de enseñanza)
Miércoles 21 de octubre
MONSTRUOCÁMARAS: Armá tu cámara – sacá tu foto – contá tu historia.
por Eugenio Alfonso y Pablo Altuve / Fundación PH15
Pablo Altuve y Eugenio Alfonso (Foto Eugenia Neme)
Armando las cámaras...
Sobre ph15
ph15 propone generar espacios de creatividad y expresión a través de la fotografía, destinados a adolescentes que viven en situación de riesgo social. Los talleres llevados adelante por ph15 poseen un carácter totalmente innovador, tanto por su didáctica de trabajo como por ser una experiencia que posibilita un espacio de integración, desarrollo de la identidad y de la expresión artística a chicos de muy bajos recursos.
La organización posee una vasta experiencia en este tipo de prácticas, funcionando ininterrumpidamente desde 2000 en diversos barrios de Capital Federal y Conurbano Bonaerense, realizando dinámicas cortas en ciudades del interior y en otros países de Latinoamérica, y organizando redes de trabajo con otras organizaciones del tercer sector.
Las actividades que se proponen están orientadas al despliegue de la creatividad fotográfica. A través del aprender a mirar y mostrar las distintas realidades de sus vidas, tanto de forma individual como grupal, se enseña a los participantes a explorar todo lo que los rodea y a expresarse a través de su propia mirada, con otra perspectiva. Sin dejar nunca de lado la búsqueda de la calidad artística, los talleres generan un espacio de formación de identidad que contribuye a mejorar la condición social y cultural de los chicos; utilizan el poder creativo de la fotografía para abrirles una vía alternativa que transmita, de manera práctica y directa, valores y referentes culturales que son propios y no impuestos. Les permite apropiarse del lugar en el que viven, descubrir nuevos espacios e interactuar con lo que los rodea.
La filosofía de ph15 contempla diversas dimensiones:
Una dimensión artística: las actividades apuntan a desarrollar la creatividad de los chicos, dándoles la oportunidad de mostrar las diferentes realidades de sus vidas y expresar todo lo que sienten a través de imágenes creadas por ellos. Se les enseña a desplegar su propia mirada sobre lo que los rodea como un lenguaje diferente de expresión. Cada taller se plantea como un espacio donde los chicos pueden resignificar y expresar referentes culturales propios con la posibilidad de disfrutar de una actividad artística que ellos mismos eligen.
Una dimensión de integración, en dos perspectivas diferentes: Integración del chico en un grupo: El espíritu de trabajo en equipo es muy fuerte. Se enseña a los chicos a convivir dentro de cada taller, tomando en cuenta desde las reglas de respeto más simples hasta la libre expresión. La integración en el grupo implica la participación en todas las decisiones, el compromiso hacia todo el grupo, el respeto por todas las opiniones, y la aceptación de la crítica. Sumado a esto se propicia la integración con la comunidad: A partir de nuestra experiencia, descubrimos que las actividades contribuyen en el crecimiento de los chicos ya que les ofrece una vía alternativa de apertura hacia la comunidad.
Una dimensión de identidad social y cultural: las actividades proponen la oportunidad de manifestar lo que sienten y lo que viven, de desplegar una mirada sobre su vida cotidiana con autenticidad, ya que son miradas desde adentro. Registran su cotidianeidad de manera muy espontánea y libre, legitimando plenamente la expresión artística de sus identidades marginales. Si el lenguaje de la fotografía y su medio de expresión pueden ser una herramienta para que el chico pueda dirimir sus propios conflictos, puede ser el camino para que puedan convertirse en ciudadanos activos, críticos, comprometidos y conscientes de su propio rol y el de la cultura en la construcción de nuestra sociedad. La fotografía les da la oportunidad de entender y resignificar su propia identidad, ofreciéndoles más confianza en sí mismos y más confianza hacia el afuera. Una dimensión solidaria: el espíritu de las actividades se ancla en el compartir, en un marco de solidaridad. Por este motivo deseamos también estimular a los chicos para que participen, desde la fotografía, en actividades de la misma índole a beneficio de otros grupos. Actualmente, la mayoría de los talleristas de ph15 son ex participantes de los talleres brindados desde hace ocho años, que se han capacitado en la tarea docente.
Monstruocámaras: una de las herramientas
Desde sus inicios, ph15 utiliza estrategias de fotografía estenopeica para el desarrollo de sus dinámicas cortas en el interior del país. Estos talleres de dos o tres jornadas de duración orientados a adolescentes y jóvenes de entre 13 y 20 años, son una gran oportunidad para que en el proceso de una práctica participativa se generen espacios de diálogo e interacción entre participantes de los talleres regulares y jóvenes de las comunidades visitadas.
A partir de este año, un grupo de talleristas de ph15 trabajaron en un nuevo programa para la realización de una práctica de fotografía estenopeica de larga duración (dos a ocho meses) para trabaja en los talleres anuales.
A partir de este análisis surge la idea de desarrollar el concepto de Monstruocámaras. Se trata de cámaras estenopeicas desarrolladas cada una de ellas por cada participante del taller, a las cuales se les suma valor personalizándolas y convirtiéndolas en si mismas el objetos de expresión que hablen sobre su autor. (Ver imagenes en el cd adjunto).
El objetivo de este taller es que cada adolescente que decide participar aprenda a diseñar su propia cámara fotográfica con materiales de reciclaje, comprenda los conceptos básicos de laboratorio fotográfico y sea capaz de revelar sus propias fotografías, pueda utilizar su cámara para tomar sus imágenes y a partir de éstas, pueda manifestar diversos relatos que colaboren en su apertura hacia su grupo y hacia la comunidad.
Estos talleres cuentan con las siguientes prácticas:
Desarrollo de una cámara fotográfica con materiales de reciclado: Se propone que cada uno de los participantes adquieran las habilidades necesarias para realizar desde cero y a partir de elementos de reciclaje (latas, cajas, cartón, papel, madera) sus propias cámaras fotográficas, cada una de ellas adecuadas a la realización de la propia obra fotográfica.
Para ello la primera etapa del taller está destinada a la enseñanza de las nociones básicas de fotografía que permitirán lograr este objetivo.
Sumado a esto, se propondrá que cada cámara sea personalizada por el participante para que se convierta en si misma en una nueva obra artísitica que exprese un mensaje propio de su autor.
Técnica fotográfica: Una vez que cada participante finaliza con la realización de su propia cámara fotográfica, y para poder utilizar la misma sacando sus fotografías, revelándolas y copiándolas, son capacitados en técnica fotográfica y manejo de laboratorio blanco y negro. En un laboratorio que se instala de modo simple en el espacio en el que se desarrolle el taller, cada participante adquirirá las habilidades necesarias para copiar sus propias fotos.
Expresión fotográfica - Edición: Periódicamente se muestra y se analiza el material producido por cada uno de los participantes. Todo el grupo participa en la selección de las mejores imágenes, se incentiva la formación y el intercambio de opiniones, la argumentación de las críticas. La enseñanza de expresión fotográfica se complementará además con la presentación de artistas a través de libros, proyecciones, historia de la fotografía. Luego de la selección de las imágenes de cada uno de los participantes se procede a la edición de cada trabajo, priorizando que cada participante relate su propia historia o idea inicial.
El desarrollo de estos talleres viene dando resultados que superan las expectativas iniciales, dado que desde la primera clase los participantes se apropian del proyecto, concentrándose tanto en el desarrollo de la propia cámara como en las tomas fotográficas.
Martes 20 de Octubre
LA FOTOGRAFÍA EN LAS ANTÍPODAS DE LA INSTANTÁNEA
La fotografía estenopeica en la post-historia de la fotografía:
Imagen y temporalidad.
por Viviana Saavedra
Viviana Saavedra
Introducción
Uno de los rasgos más distintivos de la fotografía estenopeica, en cuanto al manejo del tiempo se refiere, es la cancelación de la inmediatez de la imagen para concentrarse en el decurso del proceso fotográfico y aprehenderlo en su totalidad. Haciendo un recorrido que obliga a detenerse en cada instancia del camino hacia la imagen, lo innegable es que la fotografía estenopeica se arraiga en el manejo de elementos trascendentales: la luz, la oscuridad y con ellas el tiempo como factor que las determina y controla.
La fotografía se da una oportunidad de aproximarse a sus orígenes conectándose con aquellos remotos primeros intentos de captar las sombras, de poner en funcionamiento sus primarios mecanismos, de retrotraerse al estadio del espejo para observarse y reconocerse a sí misma en los elementos más arcaicos que la constituyen. También nosotros tenemos la oportunidad de que ella nos mire a nosotros, sus sombras fugaces, obligándonos a aquietar el vértigo del oleaje visual que olvida los procesos y lograr que nos detengamos en un ineludible paréntesis de tiempo.
Desarrollo
Es interesante observar el fenómeno de constante expansión de la fotografía estenopeica en un tiempo en que la proliferación de imágenes ha llegado más allá de los límites imaginables. La irrupción de lo digital ha desatado una crisis que conduce a un cambio radical cuyas consecuencias todavía son aún difíciles de determinar. Transitamos por la oscuridad del momento vivido, tal como lo señala Ernst Bloch, somos parte de la historia que sucede, nuestro momento no gana visibilidad durante su propio tiempo y permanecerá oscuro hasta que aparezca retrospectivamente en la memoria, como historia.[1] De todos modos las primeras reacciones ante la ruptura suceden y la proliferación de ciertas poéticas aflora como réplica a esta crisis de cambio.Situando en paralelo otro tipo de ruptura, que ya puede ser observada como parte de la historia, podríamos hacer una analogía con los cambios, también radicales, que sucedieron en el campo del arte en la segunda mitad del siglo XX. El teórico de arte Arthur Danto se refiere a La muerte del arte[2] señalando que un tipo de narrativa había llegado a su fin en relación a la ruptura que surge de las agudas diferencias entre el arte moderno y el arte contemporáneo. El arte moderno estuvo signado por un tipo de pintura que abandona la mímesis para acercarse a la abstracción, es pura materia palpable y objeto de experiencia estética directa. El arte contemporáneo tiene como rasgo más característico “la emergencia de laimagen apropiada” y la condición de que “no hay imperativos a priori sobre el aspecto de las obras de arte, sino que pueden ser cualquier cosa”, incluso la obra puede estar ausente y ser solamente una idea que invita a la reflexión filosófica. Señala Danto: “De la misma manera que ¨moderno¨ no es simplemente un concepto temporal que significa ¨lo más reciente¨, tampoco ¨contemporáneo¨ es meramente un término temporal que significa cualquier cosa que tenga lugar en el presente.” Es decir, los términos moderno y contemporáneo no se refieren a meros cambios estilísticos sino que dan cuenta de tipos de narrativa que determinan “el ascenso a un nuevo nivel de consciencia”. Contemporáneo implica entonces una “estructura histórica”. Danto prefiere denominar a este tipo de arte post-histórico, ya que rompe por completo con el gran relato que la pintura había establecido en la Modernidad. Del mismo modo podríamos aplicar el término post- historia al campo de la fotografía a partir del quiebre provocado por el advenimiento de la fotografía digital y el consiguiente cambio de paradigma en relación a la fotografía tradicional. El trueque en las condiciones de producción de la fotografía con el pasaje del soporte químico al soporte digital determina también un cambio radical en lo que a narrativa y producción de significado se refiere exigiendo también un nuevo nivel de conciencia. Entre otras cuestiones la fotografía estenopeica se ubica en el extremo opuesto de la fotografía digital al determinar un tipo de poética que pone el acento en el proceso estableciéndose como contrapartida de la inmediatez digital, asimismo, se aparta radicalmente de la fugacidad del instante y se coloca en un territorio de acción en el que le es posible rescatar las nociones temporales de momento y duración.
René Thoreau Bruckner toma en su artículo “el concepto bergsoniano de duración junto con lo que podría ser considerado su antagonista decisivo, el instante fotográfico.” “La palabra latina momentum significa un período de tiempo durante el cual algo sucede…sugiere un ahora en flujo, en movimiento…El momento ayuda a enfatizar la cualidad de tiempo…como opuesto al instante, ofrece una articulación de la presencia sin necesidad de abstraer violentamente el ahora del flujo de la duración.”[3] El proceso que lleva implícito la fotografía estenopeica supone diversos desplazamientos que implican atravesar tiempo y espacio poniendo en acto ese ahora en flujo en contraposición al tiempo abstracto de la captación del instante. Volviendo a los orígenes de la fotografía y rescatando el mito fundador de la imagen también se hacen presentes aquí estas mociones de momento y duración. La historia, contada por Plinio en su Historia Naturalis, está referida a una joven enamorada que, para conservar la imagen del ser amado que debe partir, dibuja el contorno de su sombra proyectada por la luz de una vela.[4] La imagen se origina en el deseo de conservar aquello que estará ausente y, para lograrla, existe un lapso de tiempo necesario. Es como si se tratara del desarrollo de una escena teatral. La sombra, fugaz por naturaleza (un index[5], al igual que la fotografía), debe someterse a la duración del momento para poder ser captada.
Walter Benjamin, en su célebre texto La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica[6], introduce el concepto de aura definiéndola como “una trama muy especial de tiempo y espacio: la irrepetible aparición de una lejanía, por cerca que pueda hallarse”. El aura se relaciona con la noción de autenticidad y es degradada, para Benjamin, por la utilización de los medios de reproducción masiva de la imagen y por el avance de la técnica fotográfica que reduce a una instantánea el ritual que funda la unicidad de la obra. En relación con este concepto Benjamin realiza una crítica a las fotografías posteriores a los primeros diez años desde su invención. Declara que la necesidad de largas exposiciones en las primeras fotografías inducía a aquellos que eran retratados a vivir no fuera, sino dentro del instante, para Benjamin “ese tiempo representa el vínculo de la fotografía con el alma, la fuente del aura de la imagen”[7]. Se produce entonces un contraste decisivo “con los aspectos de una instantánea” provocadora de un “entorno alterado” [8] que aleja a la imagen de su condición aurática. Es como si la inmediatez, para el autor, tuviera el poder de alterar la imagen ultrajándola, dándole permiso al azar para intervenir y corromperla. Una vez más duración y momento suman al momento de forjar una imagen.
Conclusión
Hacer fotografía estenopeica se vincula con el deseo de imágenes, con un anhelo de concebir la fotografía que se equipara con el de aquellos pacientes pioneros que desde fines del siglo XVIII perseguían fijar las imágenes de la camera oscura.
Incluso podríamos arriesgar un poco más y designar como ritual a todo el proceso de obtención de la imagen y rescatar su valor de culto. Incluso, yendo más lejos aún, Henry Fox Talbot, uno de los inventores de la fotografía que con sus llamados dibujos fotogénicos sentó las bases para su posterior desarrollo, declaraba: “La más transitoria de las cosas, una sombra, el emblema de todo lo que es fugaz y momentáneo, puede ser encadenado por los hechizos de nuestra magia natural y puede ser fijada para siempre…”[9]
La aparición de esa lejanía que menciona Benjamin trae al presente ese aura tan especial que la fotografía estenopeica posee. En su calidad de huella luminosa dilatada, acrecentada por la naturaleza de su proceso, pone en relación a la fotografía con las nociones más primarias que la colocan más en el campo de la ontología que el de la estética, tal como sostiene Joan Fontcuberta.[10]
[1] cfr.Thoreau Bruckner, René. El instante y la oscuridad: el momentum del cine. Revista Estudios Visuales # 6, enero 2009. Disponible en: http://www.estudiosvisuales.net/revista/pdf/num6/thoreau-bruckner_EV6.pdf
[2] cfr. Danto, Arthur. Después del fin del arte. El arte contemporáneo y el linde de la historia. Paidós. Buenos Aires, 2003.
[3] Op. cit. Thoreau Bruckner, René.
[4] Cfr. Stoichita, Víctor. Breve historia de la sombra. Siruela, Madrid, 1997.
[5] En el sentido de Peirce: “Un índice es un signo o una representación que remite a su objeto no tanto porque exista alguna similitud o analogía con él ni porque esté asociado con los caracteres generales que dicho objeto posee, sino porque está conectado dinámicamente (y también espacialmente) tanto con el objeto individual como con los sentidos o la memoria de la persona para la cual sirve de signo.” Cfr. Krauss Rosalind. Lo Fotográfico. Por una teoría de los desplazamientos. Gustavo Gilli. Barcelona, 2002. Ver también: Dubois, Philippe, El acto fotográfico. De la representación a la recepción. Paidos, Barcelona, 1994.
[6] Benjamin, Walter. Sobre la fotografía. Pre-Textos. Valencia, 2004.
[7] Op. cit., Thoreau Bruckner, René.
[8] Pequeña historia de la fotografía. En: op. cit., Benjamin, Walter.
[9] Batchen, Geoffrey. Arder en deseos. La concepción de la fotografía. Gustavo Gilli. Barcelona, 2004.
[10] Fontcuberta, Joan. El beso de judas. Fotografía y verdad. Gustavo Gilli. Barcelona, 2004.
Bibliografía
· Thoreau Bruckner, René. El instante y la oscuridad: el momentum del cine. Revista Estudios Visuales # 6, enero 2009. Disponible en: http://www.estudiosvisuales.net/revista/pdf/num6/thoreau-bruckner_EV6.pdf
· Danto, Arthur. Después del fin del arte. El arte contemporáneo y el linde de la historia. Paidós. Buenos Aires, 2003.
· Stoichita, Víctor. Breve historia de la sombra. Siruela. Madrid, 1997.
· Krauss, Rosalind. Lo Fotográfico. Por una teoría de los desplazamientos. Gustavo Gilli. Barcelona, 2002
· Dubois, Philippe, El acto fotográfico. De la representación a la recepción. Paidos. Barcelona, 1994.
· Benjamin, Walter. Sobre la fotografía. Pre-Textos. Valencia, 2004.
· Batchen, Geoffrey. Arder en deseos. La concepción de la fotografía. Gustavo Gilli. Barcelona, 2004.
· Fontcuberta, Joan. El beso de judas. Fotografía y verdad. Gustavo Gilli. Barcelona, 2004.
Hola!
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maria eugenia quiroga*